Siete reglas fundamentales para el liderazgo:
Eliminar la corrupción y garantizar la sostenibilidad
Vivimos en una sociedad en la que parece que la corrupción y el pensamiento a corto plazo están por todas partes. Esto ha creado una explosión de cursos de liderazgo que ofrecen todo tipo de soluciones rápidas y acreditación académica. Sin embargo, es debido a que estos cursos están ligados al sistema académico que estos cursos acreditados académicamente fracasan. Al fin y al cabo, el sistema educativo está controlado por el gobierno, que podemos suponer corrupto e interesado hasta cierto punto. Nuestros aspirantes a dirigentes velan por sus bolsillos y por la producción de una mano de obra servil antes que por las necesidades intelectuales y el bienestar integral de la población mundial.
El cambio climático es ahora un gran negocio, pero el aumento de los niveles de contaminación, la disminución de la biodiversidad y el equilibrio de nuestro planeta se dejan de lado en favor del mantenimiento de la economía consumista. Aunque la última moda es ahora la necesidad sin precedentes de pasarse a la electricidad y abandonar el diésel.
Desde el punto de vista médico existe una política similar. Cuando hay que elegir entre ofrecer una cura barata y real, o una píldora temporal para aliviar los síntomas, entonces se prescribe la píldora y las grandes farmacéuticas se embolsan los beneficios mientras millones mueren de enfermedades crónicas.
Los monopolios corporativos de semillas y pesticidas obtienen beneficios agrícolas a costa de nuestra nutrición y los alimentos procesados llenan las estanterías de los supermercados, de modo que la obesidad también es ahora un gran negocio. Sin embargo, la comida basura sigue rodando y la fiesta nunca termina.
Por mucho que discrepe, estos hechos no cambian la verdad de que necesitamos un cambio fundamental en nuestra forma de enfocar la gobernanza y el liderazgo. Pero quizá este cambio no empiece en los ámbitos del liderazgo y la gobernanza. El dinero, como suele decirse, hace girar el mundo. Precisamente por eso nos encontramos en este sistema corrupto aparentemente ineludible. La élite empresarial tiene ahora un patrimonio neto que duplica el de muchos de nuestros líderes más importantes. Muchos de nosotros nos preguntamos ahora, no tan en voz baja: "¿Quién mueve nuestros hilos y quién los suyos?".
Por lo tanto, es cierto que los líderes de ahora y del futuro necesitan consejos prácticos que aborden los valores esenciales para un liderazgo eficaz, ético y sostenible. Es necesario imponer alguna forma de gobernanza de blockchain. Pero si nuestros hilos están siendo movidos por la élite corporativa, tenemos la fuerza en nuestros números. Podemos poner nuestro dinero donde está nuestra boca y dejar que hable por nosotros. Ya se ha dicho antes, pero merece la pena repetirlo. Las élites y los mega-ricos necesitan nuestro dinero, y como consumidores, eso nos da la capacidad de desestabilizar el juego de poder dentro de estos escalones intocables en su juego de interés propio.
Pensando críticamente sobre la información que recibimos cada día, comprobando nosotros mismos los hechos y no creyendo ciegamente a los que los comprueban. No tragando el sedante de los medios de comunicación de masas ni el placebo del entretenimiento rápido y buscando la verdadera sabiduría o simplemente leyendo un libro que pueda, sólo pueda, hacer retroceder nuestras limitaciones mentales y obligarnos a pensar en cómo funciona el mundo que nos rodea. Sólo entonces podremos abrir los ojos y tomar decisiones informadas sobre cómo queremos que sea nuestro futuro y los pasos que necesitamos para llegar a él.
Al igual que hay siete pecados capitales, creo que hay siete pautas fundamentales para el liderazgo transformacional. Éstas hacen hincapié en la humildad, la transparencia, la integridad, la adaptabilidad y el compromiso con la sostenibilidad. Al adherirse a estos principios, los líderes pueden impulsar un cambio significativo y combatir la corrupción, allanando el camino para un futuro más justo y sostenible. Es nuestra responsabilidad garantizar que los líderes a los que apoyamos se guíen por estas siete directrices.
1. Humildad y generosidad frente a orgullo
Quienes demuestran humildad y generosidad sinceras definen el liderazgo transformacional, ya que el verdadero liderazgo empieza por la humildad. Reconocer nuestras limitaciones y mostrar que valoramos las aportaciones de los demás crea un entorno de respeto mutuo y aprendizaje continuo. Aunque estas personas no siempre tienen las respuestas correctas, reconocen que escuchar y aprender de los demás es crucial para el crecimiento personal, organizativo y evolutivo.
Quienes son altruistas dan prioridad al bien colectivo y al bienestar y éxito de los demás por encima del beneficio personal, inspirando así confianza y lealtad a quienes les rodean. Este enfoque altruista fomenta la colaboración y ayuda a construir una sociedad solidaria y cohesionada. Crear una base sólida para el respeto y el apoyo mutuos. Los individuos deben ser vistos como auténticamente implicados en el éxito de los demás. En el caso de la gobernanza, deben preocuparse por el bienestar integral de la población.
Recuerde que la generosidad, en este contexto, va más allá de los recursos materiales. Implica compartir tiempo y conocimientos, y comprometerse emocionalmente con los miembros del equipo. Hay una diferencia entre estar presente y estar en el momento. Dé ejemplo invirtiendo en el desarrollo del equipo, ofreciéndoles tutoría y recursos para ayudarles a crecer. Este acto de generosidad fomenta la lealtad y la gratitud, y eleva la moral y la productividad del equipo. Anime a los miembros del equipo a adoptar una mentalidad similar de apoyo y colaboración.
2. Autocontrol y adaptabilidad frente a gula
Supuestamente vivimos en un mundo libre y debemos elegir a diario el camino que toma nuestra vida. Por tanto, la capacidad de autocontrol y adaptabilidad es indispensable. Es crucial mantener la concentración rodeados de un flujo constante de información, a menudo superflua. Es muy importante mantener la compostura incluso en situaciones de gran presión. Quienes pueden mantener el control cuando todo a su alrededor se desmorona pueden gestionar sus emociones y reacciones y tomar decisiones racionales bajo presión. Esta capacidad de mantener la calma y la serenidad inspira confianza y estabilidad en cualquier equipo o situación social. Al ejercer el autocontrol, los líderes pueden sortear las crisis con eficacia y mantener una visión clara de los objetivos del equipo.
La moderación es igualmente importante, ya que garantiza un estilo de vida sostenible y evita el agotamiento. Los líderes que equilibran la ambición con expectativas realistas promueven un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal, tanto para ellos como para las personas a las que influyen. Este enfoque mejora la productividad a largo plazo y el bienestar integral. Al abogar por la moderación, se sienta el precedente de unas prácticas laborales conscientes y responsables.
Los líderes que aceptan el cambio y se adaptan a las nuevas circunstancias pueden sortear las incertidumbres y aprovechar las oportunidades. La flexibilidad nos permite ajustar nuestras estrategias y enfoques según sea necesario, mejorando la resolución de problemas y la resiliencia. Al ser adaptables, los líderes demuestran su capacidad para prosperar en entornos dinámicos, garantizando el éxito continuado de los demás.
3. Integridad y honradez frente a codicia
No puede haber confianza sin honestidad. Quienes dan prioridad a la veracidad fomentan un entorno transparente en el que las personas confían en la integridad de sus líderes. Este compromiso con la verdad es crucial para abordar y prevenir la corrupción. Al crear una cultura abierta y honesta se fomenta el comportamiento ético y todo el mundo siente la responsabilidad de aceptar las consecuencias de sus actos.
La integridad y la honestidad son cualidades no negociables de un liderazgo eficaz. La autenticidad genera confianza y credibilidad. Aquellos que han demostrado ser auténticos en sus acciones y palabras pueden contar con ellos y ser respetados por quienes les rodean. La autenticidad fomenta una cultura de honestidad y transparencia. Esto es esencial para combatir la corrupción. Cuando los líderes son fieles a sus valores y actúan sistemáticamente con integridad, dan un poderoso ejemplo.
Unos principios éticos sólidos deben guiar a todos a la hora de tomar decisiones justas y coherentes. Al adherirnos a estos ideales, podemos garantizar la justicia y la igualdad en la sociedad y en las organizaciones de todo tipo. Defender estos valores refuerza la importancia del comportamiento ético y ayuda a construir una cultura fuerte y basada en principios.
4. Empatía y compasión frente a ira
Martin Luther Key dijo: "El odio no puede expulsar al odio; sólo el amor puede hacerlo". Por lo tanto, es lógico que la empatía y la compasión sean fundamentales para comprender y abordar las necesidades y preocupaciones del equipo. Quienes demuestran empatía disfrutan de las ventajas de un equipo más fuerte y unido, en grupo que carece de confianza y respeto mutuo conduce a un ambiente tóxico. Los líderes compasivos pueden apoyar eficazmente a los miembros de su equipo, promoviendo un entorno de trabajo positivo e integrador.
La capacidad de ver las cosas desde la perspectiva del otro es esencial para tomar decisiones justas e informadas. Mostrando compasión, podemos hacer que quienes nos rodean se sientan valorados y comprendidos, lo que conduce a una mayor motivación y compromiso. En cambio, la ira promueve sentimientos negativos similares en los demás, provoca resentimiento y socava la cohesión del equipo.
5. Positividad y responsabilidad frente a pereza
Los líderes positivos impulsan la motivación moral y la proactividad de quienes les rodean, creando una atmósfera de altruismo, entusiasmo y optimismo. Una actitud positiva es contagiosa y estimula la energía positiva y la creatividad de los demás. Los líderes optimistas cultivan un entorno de trabajo positivo en el que los miembros del equipo reconocen su propio valor, se sienten capaces de expresar sus ideas originales y saben que se les aprecia.
La responsabilidad por las acciones y los resultados demuestra responsabilidad y fiabilidad. Los líderes que asumen la responsabilidad de sus acciones se ganan el respeto y la confianza de su equipo, fomentando una cultura de integridad y comportamiento ético. Al aceptar la responsabilidad, los líderes demuestran su compromiso con su función y con el éxito de su equipo. Esta responsabilidad anima a los miembros del equipo a responsabilizarse también de su trabajo y a esforzarse por alcanzar la excelencia.
Por otra parte, la pereza representa la holgazanería y la falta de responsabilidad, que conducen a la falta de compromiso y a hábitos de trabajo improductivos.
6. Aprendizaje continuo y pensamiento crítico frente a envidia
Con demasiada frecuencia vemos en la sociedad que las personas se sienten intimidadas o envidiosas del éxito o la destreza de los demás en cualquier ámbito. Sin embargo, lo más inteligente es mantener una buena compañía con esas personas, aprender de ellas y adquirir las cualidades que más admires en ellas. El aprendizaje continuo y el pensamiento independiente siempre han fomentado la innovación. Los líderes que fomentan y practican esto toman decisiones informadas y promueven la creatividad y el aprendizaje continuo en quienes les rodean. Fomente el pensamiento crítico en quienes le rodean. Para salir adelante en este mundo no hacen falta ovejas, sino inteligencia. Así que no rehúyas las críticas. Escucha con atención, puede que aprendas algo. Eleva a los que te rodean y compartirás su ascensión. Desafía los dogmas y explora nuevas ideas, ¡desencadena la innovación!
El aprendizaje continuo es esencial en un mundo que avanza rápidamente. No podemos esperar aprobar y obtener certificados académicos y creer que nuestra vida de aprendizaje ha terminado con éxito. La vida misma es la mayor maestra de todas y las experiencias y retos que vivimos continuamente nos moldean para convertirnos en la persona que llegaremos a ser. Cualquiera que busque el conocimiento y aspire a mantenerse siempre informado y competente tendrá ventaja sobre alguien que se atrinchere en procesos de pensamiento rígidos. Al dar prioridad al aprendizaje continuo en la sociedad, los gobiernos mantienen a la población activa y mentalmente flexible, y una sociedad cuyas habilidades y conocimientos están al día garantiza que sigan siendo eficaces y aumenta la salud mental.
Del mismo modo, los dirigentes gubernamentales, los líderes empresariales y cualquier persona que piense de forma crítica pueden desarrollar mejores estrategias y soluciones a los problemas cotidianos, garantizando el éxito a largo plazo en cualquier situación.
La envidia, por otra parte, conduce al resentimiento y a la falta de cooperación, impidiendo que los líderes aprendan y crezcan a través de la colaboración.
7. Salud y sostenibilidad frente a lujuria
Por último, la buena salud es crucial para mantener la energía y la concentración. Por lo tanto, los líderes, o cualquiera que decida dar prioridad a su salud, rendirán mejor que cualquiera que no dé prioridad a su propia salud o a cómo sus acciones pueden afectar a la salud de quienes les rodean. Al promover hábitos saludables y el bienestar en la sociedad, las empresas, las escuelas, las familias y la sociedad, creamos un entorno propicio y próspero y damos un ejemplo positivo a los demás.
La buena salud va de la mano del concepto de sostenibilidad. Los líderes que actúan de forma sostenible benefician a su organización y al medio ambiente, promoviendo una cultura de comportamiento ético y responsable. Adoptar prácticas sostenibles ayuda a garantizar la viabilidad del planeta a largo plazo y nuestro impacto positivo en el mundo para ahora y para las generaciones futuras. Recuerda la importancia de pensar a largo plazo, y cómo nuestros pensamientos, palabras y acciones tienen ramificaciones para las generaciones futuras. Tenemos que dejar de pensar en las consecuencias de nuestros actos durante nuestra vida y pensar más en cómo afectarán nuestras acciones a los que vengan después de nosotros.
La lujuria sería el otro extremo del espectro y representa un deseo desenfrenado y la búsqueda de gratificación a corto plazo, a menudo a expensas de la salud y la sostenibilidad a largo plazo.
Conclusión
Podemos ver que el liderazgo transformacional tiene sus raíces en la humildad, la integridad, la adaptabilidad y el compromiso con los principios éticos y la sostenibilidad. Pero ningún individuo es una isla. El hecho es que estos valores deben ser defendidos por cada uno de nosotros, ya que todos afectamos a los demás y, a su vez, al mundo en el que vivimos, ya sea positiva o negativamente. Es hora de asumir responsabilidades y dejar de señalar con el dedo.
Los líderes pueden impulsar un cambio significativo, combatir la corrupción y fomentar un futuro más justo y sostenible. Pero la responsabilidad no recae únicamente en nuestros líderes. También recae sobre nuestros hombros. La aplicación de estos principios no sólo mejorará las capacidades de nuestros líderes, sino que también inspirará y motivará a los equipos y a la sociedad para lograr un éxito colectivo, progresivo y holístico.
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